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Wednesday, July 28, 2010

Sentirse bien

Hoy ya es miércoles. Sigo comiendo liviano y tratando de no pesarme. Esta mañana no empecé el día caminando algunas cuadras hasta el trabajo, sino que me bajé a 2. De todos modos, sigo de buen humor y eso me pone bien. Ayer el día terminó bien a pesar que en el kiosco me dijeron "señora" cuando fui a comprar unos chicles. Eso me mata. ¡No soy una "señora"! Soy joven todavía. Pero es verdad que estar gordo te hace aparentar más años. Los que me miran la cara me dicen que parezco menos, los que no me conocen y me miran toda me dicen: "señora". Dios mío...

Sentirme bien me hace pensar que lo que uno se propone es posible. Me hace además ser más benévola conmigo misma y no tan despiadada como me suele pasar. "Yo la peor de todas". Algo así. Lo peor de cuando me siento mal conmigo misma es que todo se tiñe de un insoportable "Y... ¿cómo no me va a pasar tal cosa si soy una gorda que no tiene control?". Eso de perder el control es realmente una tortura. Es un segundo larguísimo y dolorosísimo en el que uno cede y empieza a comer. Al menos a mí me pasa eso y lo lamento mucho después.

Hace unos días estuve viendo blogs de Ana y Mia.
Comento esto porque leerlos me produjeron varias sensaciones distintas. Por un lado, presté atención a los tips que dan las "Anas" para no comer y pensé "la verdad que hay que tener fuerza de voluntad".
Eso fue en un primer momento, pero después empecé a ver el horror reflejado en todas esas palabras de angustia, tristeza, disconformidad, etc. etc. Es horrible tener una imagen distorsionada del propio cuerpo. Yo mido 1,71 y tuve hace años una etapa de Mia. Fue horrible y se prolongó durante varios años. En ese momento pesaba 60 kilos y pensaba que estaba gorda, que era obesa, que no era merecedora del amor o aceptación de nadie. Ahora, años después, miro fotos mías de esa época (incluso un video que una amiga hizo de una fiesta que hicimos en mi casa) y pienso "Chaaauuuu, estaba re flaca". Por supuesto después de haber estado tristemente anémica durante años, de haberme sentido tan pero tan mal pensando que lo flaca que estaba no era suficiente, de haber vomitado y escondido mi vómito en mi pieza en un balde, de haberme sentido con palpitaciones todo el tiempo, de haber tenido las marcas de mis incisivos sobre los nudillos de la mano derecha (mano que me metía en la boca para provocar el vómito), bueno, después de todo eso (y varias cosas más) no recomiendo ser Mia para nada. Es una desgracia y una muerte lenta. Por suerte, ni vomité sangre, ni se me cayó el pelo, ni tuve una ataque cardíaco, etc. etc. Tuve suerte y pude salir. O sea, ya no lo hago.
Me puso mal ver las fotos que las Anas y Mias ponen para no comer. Son fotos de obesos/as. Cuánta intolerancia y miedo. Cuánta insatisfacción y soledad.
Después están las fotos o "thinspiration", o sea, el ideal al que aspiran. Son fotos de mujeres conocidas, entre ellas Kate Moss, Lindsay Loan, las Olsen, Keira Knightley, etc. Todas dolorosamente flacas y obviamente enfermas.

Ojalá todos podamos sentirnos bien y encontrar un equilibrio. Me gustaría que todo el mundo se pudiera liberar de todos sus pesares y fuera feliz. Así. De una.
Sé que eso no es posible, así que me queda desear y esperar.

Nos deseo lo mejor a todos.






1 comment:

  1. ¡Hola! Me ha gustado mucho tu blog. Tienes mucho salero para contar las cosas y te comprendo totalmente. Yo también fui Mia como tú y tienes razón, no es para nada recomendable sino triste y muy desagradable. Poco a poco iré leyendo todos los posts. Ánimo!!

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