Me di cuenta con todo esto de la dieta de lo acostumbrada que estoy a estar así. Y con esto de "estar así" quiero decir a cansarme cada vez que subo una escalera, a no poder seguirle el tren a mis amigos si vamos a andar en bicicleta, a sentirme muy pesada, a tener dolores de lumbalgia, y otras complicaciones.
Después está el tema de la estética. Nunca le di realmente mucha importancia y no "mido" a la gente y la critico si está muy gorda o muy flaca. A la gente que quiero la quiero por cómo es y ellos también me aceptan tal cual soy. Pero sí me ha pasado de ir a comprar ropa a algún local y ver que no tienen talles grandes para mí. O me doy cuenta de que quepo muy justo en los asientos de los aviones o los cines. También noto la mirada de la gente cuando hace años que no me ve y de pronto nos encontramos y yo tengo 40 kilos de más. Te dicen: "¡qué cambiada estás!" o no, pero se nota la sorpresa. Hay gente que dejé de ver por vergüenza. Eso es muy triste.
Miro las fotos de cuando era delgada y me parece algo muuuuy lejano. Hace 4 años tenía un peso normal y después empecé a engordar y no pude parar. Tuve algunos problemas familiares y de pareja. Y después de superarlos no pude reaccionar como para darme cuenta de que ya era hora de bajar de peso y dedicarme a mí. No. Seguí en ese tren de autocompasión y autodestrucción y fue como estar dormida todos estos años. Ahora me despierto. Ya pasé los 30 y estoy haciendo la vida de una persona mucho más mayor. Soy una persona muy optimista, pero escondo una tristeza que no muestro a casi nadie y es la de no reconocerme. La de sentir que este cuerpo no es mío. Qué estoy muy "cargada" y, en realidad, lo estoy porque estoy llevando 40 kilos de más y haciendo que mi corazón se esfuerce mucho más cada vez que camino o intento correr aunque sea unos metros.
No quiero tener miedo de cambiar, aunque a veces me entran dudas y me quedo como en suspenso. Quiero seguir adelante.
Después está el tema de la estética. Nunca le di realmente mucha importancia y no "mido" a la gente y la critico si está muy gorda o muy flaca. A la gente que quiero la quiero por cómo es y ellos también me aceptan tal cual soy. Pero sí me ha pasado de ir a comprar ropa a algún local y ver que no tienen talles grandes para mí. O me doy cuenta de que quepo muy justo en los asientos de los aviones o los cines. También noto la mirada de la gente cuando hace años que no me ve y de pronto nos encontramos y yo tengo 40 kilos de más. Te dicen: "¡qué cambiada estás!" o no, pero se nota la sorpresa. Hay gente que dejé de ver por vergüenza. Eso es muy triste.
Miro las fotos de cuando era delgada y me parece algo muuuuy lejano. Hace 4 años tenía un peso normal y después empecé a engordar y no pude parar. Tuve algunos problemas familiares y de pareja. Y después de superarlos no pude reaccionar como para darme cuenta de que ya era hora de bajar de peso y dedicarme a mí. No. Seguí en ese tren de autocompasión y autodestrucción y fue como estar dormida todos estos años. Ahora me despierto. Ya pasé los 30 y estoy haciendo la vida de una persona mucho más mayor. Soy una persona muy optimista, pero escondo una tristeza que no muestro a casi nadie y es la de no reconocerme. La de sentir que este cuerpo no es mío. Qué estoy muy "cargada" y, en realidad, lo estoy porque estoy llevando 40 kilos de más y haciendo que mi corazón se esfuerce mucho más cada vez que camino o intento correr aunque sea unos metros.
No quiero tener miedo de cambiar, aunque a veces me entran dudas y me quedo como en suspenso. Quiero seguir adelante.
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