Hoy es el tercer día de mi dieta.
Otra vez en la lucha. Me siento bien y no tengo hambre. Son las 9:42 y estoy en la oficina tranquila porque, por suerte, al menos ahora no tengo mucho laburo. Así que puedo entrar en internet y ver páginas o blogs sobre gente que está en la misma que yo y escribir este post.
Me siento motivada. Hoy me pesé y bajé 500gr seguramente de agua, pero siempre es algo que a uno lo pone bien. A los esclavos de la balanza, digo. Peso 89,5Kg.
Después de darle muchas vueltas al asunto, volví a la dieta Pronokal. A los sobres de proteínas y a las verduras verdes. Es una dieta cruenta porque no podés comer ningún tipo de harina (salvo la que te dan ellos en el centro para adelgazar en forma de crepes o pancakes de proteínas), ningún jugo o gaseosa sin azúcar, ningún otro edulcorante más que aspartamo o sucralosa, ningún café que sea torrado con azúcar, ningún chicle sin azúcar y la lista de "NOs" sigue y sigue. Pero lo bueno es que no te sentís mal físicamente mientras la hacés, es más, te hace sentir bien. El cuerpo, según me explicó el gordólogo que sigue mi tratamiento cuando empecé, entra en estado de cetosis al darle proteínas y sacar las grasas y el azúcar y entonces empieza a alimentarse de sus propias reservas de grasa. O sea, te comés a vos mismo (?). Además durante esta "cetosis" no tenés hambre y te sentís con más energía. Obvio, te la pasás tomando suplementos vitamínicos (potasio, calcio, total magnesiano, Supradyn) porque se consumen muy pocas calorías diarias (algo así como 700). Y eso es más o menos todo.
Hace cosa de un mes la hice y bajé 11 kilos en un mes. Me vino bien porque la ropa ya la reventaba y me deprimía ir a comprar ropa más grande. Después, al día 34 sucumbí comiéndome un plato de fideos con filetto y no pude retomarla más. Hasta hace dos días. Y espero poder seguir así 1 mes más. Ya no quiero ser gorda.
El día anterior a empezar la dieta (me da vergüenza decirlo) salí del trabajo y me di un atracón con porquerías que compré en el kiosco. No podía parar de comer. Me compré unos sanguchitos, una tarta individual de pollo, un alfajor, chocolates, Coca-cola común, papas fritas, etc. Como sabía que al llegar a casa iba a estar sola, el "crimen" quedó impune. O sea, mi pareja no se enteró, pero me sentí muy mal después de mi arranque de voracidad. Me puse la tele, desparramé todo sobre la cama y empecé a comer y a comer. Alternaba algo dulce con algo salado para no asquearme. Casi ni le prestaba atención a la televisión, estaba como en trance. Cuando terminé de comer todo, puse los envoltorios en una bolsa de plástico y la saqué del departamento. La puse en el cuartito de la basura al lado del ascensor y cerré la puerta. Y me acosté y apagué la luz y esperé a que llegara mi pareja del trabajo.
Al día siguiente, me desperté con muchas ganas de empezar la dieta y así estoy hace 3 días. Los comienzos empiezan dando un primer paso. Quiero disfrutar de este momento de no sentirme atiborrada de comida o culpable o incómoda, etc. etc. Cosas negativas.
Me gustaría no atajarme. Pero es que cada tanto leo los posts anteriores en este blog y digo "estoy re loca". ¿Cómo puedo cambiar de opinión/estado de ánimo tan rápido? Parezco una incoherente total. Quiero, no quiero, quiero, no quiero...
Bueno, hoy quiero estar bien. Eso vale y tengo que aprender a valorarlo.
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