Estoy en la oficina y me cuesta concentrarme en el trabajo.
Tengo muchas cosas en la cabeza. Pero, a diferencia de otras veces, son cosas muy positivas.
Este fin de semana que pasó fuimos con mi novio a un recital en un lugar que tienen unos amigos donde hacen exposiciones de cuadros también y tienen un café muy lindo con mesitas para sentarse y charlar durante horas. Me sentí bien y se lo dije a mi novio. Así que para mí fue un gran avance. Estar cómoda en un lugar con tanta gente sin pensar (desde que llegamos) que no voy a encajar en la alegría general o que va a estar lleno de gente mucho más atractiva que yo y, por lo tanto, que vale la pena más que yo. No. Estuve tranquila y no me dieron ganas de comerme todo. Sólo tomé 1 vaso de Coca-Cola Light y unos pedacitos de pan con un poquito de guacamole (tenían esa comida mexicana y unas fatay árabes de carne).
¡Cómo cuesta desaprender lo aprendido!
Y con esto me refiero a estar acostumbrada a necesitar la aprobación de los demás en todo momento. En mi caso, de una forma enfermiza dejándome a mí misma y a mis deseos en segundo plano.
Así que (aunque me cueste) estuve pensando varias cosas:
1) La primera persona de quién debo esperar aprobación es de mí misma.
2) Lo más importante es que YO me acepte a mí misma.
3) La aprobación absoluta de los demás es imposible de alcanzar. Siempre va a haber alguien que no esté de acuerdo conmigo o alguien a quién no le guste, por ejemplo.
4) Soy alguien que vale la pena. Pienso como quiero, me visto como quiero, digo lo quiero y hago lo que quiero. ¿Por qué los demás pueden y yo no? ¡Al que no le guste, que se aguante!
5) Merezco ser amada por los demás y dar amor.
etc. etc.
Así que en eso estoy. Son muchos años de tener una especie de grabación o de estar como programada para pensar cosas negativas de mí, cosas que me condicionan. Como, por ejemplo, cada vez que pienso:
"Después de todo estar delgada no va a cambiar mi vida. Seguramente, voy a terminar siendo infeliz por otra cosa".
Dios mío. Es terrible no darse la oportunidad a uno mismo de cambiar diciéndose que no se puede. ¡¡Claro que vale la pena que adelgace y me sienta mejor!!
¿Cómo no voy a poder cambiar?
Tengo muchas cosas en la cabeza. Pero, a diferencia de otras veces, son cosas muy positivas.
Este fin de semana que pasó fuimos con mi novio a un recital en un lugar que tienen unos amigos donde hacen exposiciones de cuadros también y tienen un café muy lindo con mesitas para sentarse y charlar durante horas. Me sentí bien y se lo dije a mi novio. Así que para mí fue un gran avance. Estar cómoda en un lugar con tanta gente sin pensar (desde que llegamos) que no voy a encajar en la alegría general o que va a estar lleno de gente mucho más atractiva que yo y, por lo tanto, que vale la pena más que yo. No. Estuve tranquila y no me dieron ganas de comerme todo. Sólo tomé 1 vaso de Coca-Cola Light y unos pedacitos de pan con un poquito de guacamole (tenían esa comida mexicana y unas fatay árabes de carne).
¡Cómo cuesta desaprender lo aprendido!
Y con esto me refiero a estar acostumbrada a necesitar la aprobación de los demás en todo momento. En mi caso, de una forma enfermiza dejándome a mí misma y a mis deseos en segundo plano.
Así que (aunque me cueste) estuve pensando varias cosas:
1) La primera persona de quién debo esperar aprobación es de mí misma.
2) Lo más importante es que YO me acepte a mí misma.
3) La aprobación absoluta de los demás es imposible de alcanzar. Siempre va a haber alguien que no esté de acuerdo conmigo o alguien a quién no le guste, por ejemplo.
4) Soy alguien que vale la pena. Pienso como quiero, me visto como quiero, digo lo quiero y hago lo que quiero. ¿Por qué los demás pueden y yo no? ¡Al que no le guste, que se aguante!
5) Merezco ser amada por los demás y dar amor.
etc. etc.
Así que en eso estoy. Son muchos años de tener una especie de grabación o de estar como programada para pensar cosas negativas de mí, cosas que me condicionan. Como, por ejemplo, cada vez que pienso:
"Después de todo estar delgada no va a cambiar mi vida. Seguramente, voy a terminar siendo infeliz por otra cosa".
Dios mío. Es terrible no darse la oportunidad a uno mismo de cambiar diciéndose que no se puede. ¡¡Claro que vale la pena que adelgace y me sienta mejor!!
¿Cómo no voy a poder cambiar?
Pues adelante con desaprender lo aprendido y veras que muy pronto los nuevos hábitos de pensamiento iluminan tú vida..
ReplyDeleteTe mando muchas porras desde la Angelopolis Gwapa.
Hola, Belén.
ReplyDeleteHas dicho:
"Soy alguien que vale la pena. Pienso como quiero, me visto como quiero, digo lo quiero y hago lo que quiero."
Tienes toda la razón. Y tal vez deberías añadir "y peso lo que quiero, que me acepten o me dejen tranquila".
Y vas a pesar lo que quieres, y te vas a sentir bien. Y no vas a ser más feliz por estar delgada, vas a ser más feliz porque te querrás más, porque estás aprendiendo a hacerlo.
Es un gran privilegio estar presente en este cambio. Espero que sigas tan animada, me ha encantado verte así.
¡Olé! *^_^*
Un abrazote.
Gracias, Amelia: Me gustó mucho el "y peso lo que quiero, que me acepten o me dejen tranquila" :) Tenés toda la razón. Muchas gracias por tu Post.
ReplyDeleteGracias Artt a vos también. ¡Gracias por "tus porras"! :) Besos, Belén
Cuánto me alegra que empieces a verte como una persona valiosa , como realmente eres.
ReplyDeleteYo creo que esa nueva seguridad que sientes parte de que tienes una actitud diferente, una posición de luchadora , de creer que puedes cambiar.
Y con el tiempo , ese sentimiento va a convertirse en orgullo de vos misma.
Siempre adelante , no mires atrás.
Besos
Bueno...lo principal es que ya te estas dando cuenta, que lo que aprendiste no te deja nada bueno...ahora toca aprender cosas bonita y positivas...me parece muy bien todo lo que has dicho de ti...primero tu ;)
ReplyDeleteGracias por darme animos ;)
Besotessss
Mucho ánimo! lo conseguirás, y verás poco a poco
ReplyDeletecomo te vas sintiendo mucho mejor contigo misma :D
¿qué quieres ser de mayor? le preguntaba la madre a su hijo constantemente. Una persona algo mayor la paró: No le preguntes más, él será lo que quiera ser, porque lo elegirá él.La madre no le volvió a preguntar al chaval.
ReplyDeleteTú serás también lo que quieras ser, y ya te has pensado, ya te has vislumbrado. Adelante, tú quieres ser éso y no otra cosa (y por supuesto serás feliz a ratos e infeliz a veces)
sos re lindaa!! gracias por tu comentario en serio q me subió el ánimo. Me alegra mucho saber que estas avanzando, por lo visto fuiste al psicologo y te estas renovando mentalmente.
ReplyDeletePorque sabes algo? el cambio comienza cuando nos damos cuenta que lo único que realmente tenemos somos NOSOTRAS MISMAS. es algo tan simple y cuesta entenderlo, es cuestión de valorar lo que somos y de querernos como somos y desde allí avanzar
gracias x animarme
un abrazo : )
Buenísimo el post, de acuerdo en todo, pero no mucho con Amelia con eso de pesar lo que uno quiere... hay una trampa en esa afirmación por que que uno este gordo, obeso y se mantenga así no quiere decir que uno pesa lo que "quiere"... pesa lo que pesa... y nada más, directamente proporcional a la cantidad de calorías que ingiere en el 99% de las situaciones. Así que Amalita... uno no pesa lo que "quiere" sobre todo cuando se es obeso... besos te sigo siempre
ReplyDeletecada paso adelante... es un avance en el camino. y eso está genial.
ReplyDeleteme gusta tu primer punto... tu propia aprobación.
saludos
alma
Esta claro que tenemos que dejar atrás muuuuchos clichés viejos y equivocados.
ReplyDeleteY tampoco podemos esperar a nuestro peso ideal para ser felices. El camino también está lleno de alegrías. No serás más feliz por estar delgada sino por habrer logrado lo que te proponías.
Un abrazo